Ya van para 20 años de andadura conjunta de las parroquias del Casco Viejo. Aquellas comunidades de Santiago, San Antón, Santos Juanes y San Nicolás, que antaño fueron parroquias de enorme raigambre con una entidad bien marcada en cada una de ellas, con el paso del tiempo, y sobre todo por, las necesidades pastorales reales de la comunidad cristiana, se fueron configurando de tal manera, que hoy sean una Unidad Pastoral estable, y definitivamente constituida jurídicamente por la Diócesis de Bilbao.
Y es que las cosas han cambiado mucho en estos años. Los numerosos grupos de catequesis de infancia, de acción católica, Adoración nocturna, Legión de María, grupos de jóvenes,… Fueron disminuyendo en número, otros desaparecieron, y otros se organizaron de otra manera para responder a los distintos retos eclesiales.
El mismo número de sacerdotes claramente ha cambiado de forma radical. De ser parroquias atendidas por dos o tres presbíteros cada una, ahora sólo hay uno para todas, el párroco, ayudado de forma generosa y entregada por dos sacerdotes jubilados. Los demás han ido falleciendo, o sus fuerzas ya están muy mermadas y han tenido que retirarse.
Todo esto exige una nueva organización pastoral y de servicio celebrativo, que atendiendo de forma eficaz y responsable las necesidades reales de nuestra Unidad Pastoral, sea además sostenible con las personas que ejercen la responsabilidad en el servicio ministerial.
Cuando un servidor llegó a esta feligresía hace ya 20 años, teníamos 23 misas de fin de semana, repartidas 7 los sábados y 16 el domingo. Y aunque no todas estaban llenas, es verdad que la afluencia de fieles era muy numerosa.
La realidad ha cambiado, no sólo hemos disminuido el número de sacerdotes, también el número de fieles que celebran semanalmente su fe ha descendido considerablemente, de manera que ahora tenemos 8 misas de fin de semana, 3 el sábado a la tarde y 5 el domingo. Sin embargo esto tampoco es posible mantenerlo ahora, porque no hay sacerdotes.
La falta de vocaciones sacerdotales es un gravísimo problema en nuestra Iglesia Diocesana, sin duda el más grave al que nos enfrentamos. Y aunque los seminaristas son muy buenos y llenos de ilusión, son claramente insuficientes para las necesidades de nuestra Iglesia Local. A fecha de hoy, hay más de 80 pueblos en nuestra Diócesis de Bilbao que no tienen misa todos los domingos, tienen que realizar Celebraciones de la Palabra en Espera de Sacerdote, y sólo de vez en cuando pueden celebrar la Eucaristía, como centro y culmen de la vida de la Iglesia.
Nosotros, gracias a Dios podemos mantener el culto que realmente necesitamos, aunque eso nos lleve a tener que reorganizar las misas, y algunas parroquias se han de quedar sin misa entre semana, para que puedan tenerla el domingo. Y aunque eso nos pueda incomodar, dado que igual yo me había acostumbrado a un lugar y una hora, en nuestra Unidad Pastoral no existen distancias largas que me impidan acudir a una celebración, porque todavía las tenemos y de forma suficiente.
Por todo ello, después de escuchar al Equipo Ministerial y al Consejo Pastoral de la Unidad Pastoral del Casco Viejo, y para garantizar el culto en todas las parroquias que tenemos a nuestro cargo, desde el 1 de febrero de 2017 y de forma permanente (salvo en los meses de verano que se modificarán lo menos posible), tendremos 2 misas diarias, una a la mañana y otra a la tarde; los sábados por la tarde habrá otras dos; y los domingos tres por la mañana y una por la tarde.
Todos los funerales se celebrarán en la misa de la tarde de diario que serán en la Catedral de Santiago, lugar céntrico y suficientemente grande para acoger a varias familias si es necesario.
Esperando vuestra comprensión, y pidiendo que oréis por las vocaciones al ministerio sacerdotal, os saludo con afecto,
Luis Alberto Loyo Martín
Párroco de la UP Casco Viejo